TRASPASO DE LA QUERIDA MERCÈ CAMINAL
Querida Mercè:
Nos dejas, pero el recuerdo de tu vida lo llevaremos en el corazón. Han sido muchos años de compartir la vida en comunidad y tu hacer nos ha demostrado que valía la pena amar a las personas. Te sentíamos cercana, sabías estar al lado de todos aquellos que te necesitaban en momentos concretos de la vida.
Tu trayectoria como docente, también la marcaste por tu amor a tus alumnos; no era forzado, tu sinceridad fluía en todo lo que hacías. No contaban para ti los abrazos que repartías. (Te ahorraste las restricciones).
También te recordamos en esta casa Noviciado, cuna de muchas jóvenes que dieron su vida en el seguimiento de Jesús y tú las acompañaste.
Te recordamos Mercè, por tu chispa de sana ironía, que oportunamente, alegraba y distensionaba la vida en comunidad. Todo esto y más, lo echaremos de menos.
Y ¿qué más te hacía falta hacer para mostrarnos que el testimonio de tu vida lo habías entendido en la vida de Jesús?“Vosotros sois la luz del mundo” (Mt 5, 13-16)
“Has revelado a los sencillos todo esto que has escondido a los sabios y entendidos”. (Mt 11, 25-30)
¡Cuánta vida positiva podemos aprender de tantas personas que han sido un referente para nosotras!
Gracias, Mercè, desde el cielo no dejas de acompañarnos en el camino que vamos haciendo. Que tu ejemplo sea una luz que nos ilumine. Y diremos, como tú:
“Señor ¿a quién iremos? Solo tú tienes palabras de vida eterna.” (Jn 6, 60-69)
Mª Pilar Ochoa
La Seu d’Urgell, 3 de mayo de 2021