Isabel Tamayo Ramos

UNA BREVE SEMBLANZA DE NUESTRA HERMANA MARÍA ISABEL TAMAYO RAMOS

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Damos gracias a Dios por el regalo a nuestra Congregación de Isabel, a quien Nuestro Señor Jesús ha llevado al Regazo del Padre.

 

¿Qué podríamos decir con justeza de Isabel, una persona tan querida en su entrañable familia, entre nosotras, entre sus alumnas, que siguen recordándola con cariño y gratitud…?

 

Religiosa (re-ligada a Dios) de los pies a la cabeza, muy piadosa, amante de nuestra Beata Madre Ana María Janer y de la Congregación, trabajadora incansable, tanto impartiendo la enseñanza en nuestros colegios[1], como en los diversos cargos de responsabilidad[2] que, a lo largo de su vida, le fueron encomendados y siempre desempeñó con eficiencia y pulcritud.

Siendo de temperamento reservado y de pocas palabras, Isabel era de convicciones firmes y rectitud encomiable. Su fidelidad y lealtad a las personas la definían. Su trato fraterno y cercano revelaba un corazón bondadoso, tierno y compasivo, atenta a las necesidades de las hermanas, de su familia, de las niñas y sus hogares, siempre con prudencia y discreción. Solía visitar a los enfermos en los hospitales o en sus casas, a los que llevaba palabras de consuelo y esperanza.

 

Isabel amaba el silencio. Poseía una intensa vida interior y era muy feliz en su consagración a Dios. Cuando alguna vez le preguntábamos, siempre nos respondía: ‘Soy muy feliz por dentro’.

 

Desempeñó su trabajo en la administración del colegio de Sevilla hasta el final, incluso cuando los signos de su grave enfermedad eran evidentes. Aceptó con paz, no sin sufrimiento, el designio de Dios sobre ella, agradecida por haberle regalado una vida plena en este mundo. Anhelaba vivir su etapa final con gozo y serenidad, y no quería un ambiente lúgubre en torno a su lecho de muerte. Su deseo era vivir la enfermedad hasta su Paso a la eternidad como hija de Dios resucitada en la Palabra que nos salva; y que sus hermanas de Congregación, su familia y tantas personas que a lo largo de los años la hemos conocido y querido, participásemos de su alegría.

 

Ahora descansa en paz. Ha pasado a la Vida. Ha llegado a la Luz. Desde el Cielo, con la multitud de ángeles que nos han precedido, intercede por todos nosotros.

-Hna. Carmen Capilla Roncero-

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[1]Licenciada en ciencias biológicas, impartió ciencias naturales y creo que matemáticas muchísimos años, no sé si solamente en el de Palomeras o también en el de Joaquín Mª López.

[2]En el gobierno de la Provincia de Castilla como administradora durante varios años, y en los colegios y comunidades donde estuvo destinada.