Pilar Martín Columé

RESEÑA DE LA HERMANA PILAR MARTÍN COLUMÉ

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Queridos familiares, sacerdotes, hermanas, residentes y amigos todos: Nos convoca el Señor resucitado en torno a la Mesa eucarística para celebrar el Paso a la Vida de nuestra querida hermana Pilar, fallecida ayer después de una larga y penosa enfermedad, y para dar inmensas gracias a Dios por el regalo que nos hizo en su persona.

Nacida en el seno de una familia sencilla y profundamente cristiana, eligió desde muy joven consagrar su vida al Señor en el Instituto de Hermanas de la Sagrada Familia de Urgell, con particular predilección hacia los enfermos, ancianos y desvalidos.
Diplomada en enfermería, trabajó en diversos centros asistenciales de la Congregación; y, desde hace muchos años, en esta Residencia ‘San Roque’ de Villalón de Campos mientras su salud se lo permitió, comunidad en la que ha permanecido hasta el final.
Le cupo la satisfacción de acoger y cuidar a sus ancianos padres en esta Residencia quienes, con su gratitud, educación, delicadeza y colaboración, contribuyeron a hacer de este centro una gran familia, donde la ayuda mutua, la solidaridad, la buena convivencia y el primoroso cuidado de los detalles, imprimieron a esta Residencia ‘San Roque’ un estilo cálido, humanitario y cristiano del todo singular.
Su hija, nuestra querida hermana Pilar, desde su vida firmemente arraigada en el Señor, y a ejemplo de nuestra beata Madre Ana María a quien mucho amaba, destilaba ternura, amor y humanidad a manos llenas.
Ocupó cargos de responsabilidad en la Congregación y los desempeñó sin ruidos, casi desde la ocultación y el silencio, siempre con buen juicio, prudencia y delicadeza. Amó a las hermanas con cariño entrañable, las cuidaba, las valoraba.
Amó a su familia janeriana y fue feliz sirviendo en ella a la persona de tantos desvalidos, viendo en cada uno de ellos al mismo Jesús.
A nosotras; a cuantos hoy ha congregado el Señor en esta eucaristía, nos cabe el gozo, aun desde el intenso dolor por su partida, de haberla conocido, convivido y amado; y la inmensa gratitud por tanto bien recibido a través suyo. A ella le pedimos que, desde el Cielo, interceda por todos nosotros. Descanse en paz.

-Hna. Carmen Capilla Roncero-