Alicia Villamor
Rubí (Barcelona)
2 de abril a de 2019
"LOS ÚLTIMOS MESES CON MADRE ALICIA"
Desde la comunidad de Rubí me tocó acompañarla de cerca junto con otras hermanas de la comunidad y de comunidades cercanas que nos ayudaron generosamente a acompañarla en sus últimos días. La madre Alicia consciente, con toda su capacidad de razonamiento, fue durmiendo serenamente, así lo marcó la enfermedad. Ella lo sabía y a pesar de cuidar su vida sin exigir nada, lo comprendió y lo aceptó. Todo lo esperó con paciencia, siempre… con paciencia. Aún en medio de su dolor y malestar sabía esperar.
Recordaba con emoción y reconocimiento comunidades, hermanas, formandas, personas conocidas, fechas, hechos… ya no hablaba, ni podía escribir pero muy atenta y preocupada de los demás a pesar de su estado crítico y delicado… Profundamente agradecida con todos.
Se veía notablemente cómo cada día su fuerza se iba debilitando, pero su sed de Dios más bien crecía. Desde su lecho escuchaba la Eucaristía con suma atención y lo guardaba en su corazón con mucho recogimiento. Lucía una fe ardiente, llena de esperanza y confianza en el Señor.
Gracias madre Alicia por tu testimonio sereno, profundo, tu sentido de pertenencia, tu amor a la vida, a la congregación, a las hermanas, tu testimonio de sufrimiento gozoso es una luz en la oscuridad, estabas desprendida de la tierra y preparada para el cielo. Entregaste tu vida sabiendo que lo dabas. ¡¡Gracias!!
-Hna. Dionisia Mariuchi-
Queridas hermanas de la comunidad de Rubí, hermanas de Congregación, familia de Alicia, trabajadores de la casa, amigos:
Me uno a todos ustedes para despedir a una querida hermana, Alicia Villamor López, a la que conozco desde mi noviciado, año 1968, y con quien compartimos el servicio de gobierno en Rubí muchos años. Doy gracias al Señor por todos los dones que nos regaló en Alicia: su equilibrio, sencillez, disponibilidad y sobre todo su honestidad y lealtad en todo momento como miembro del Gobierno General.
He podido acompañarla muy de cerca este último tiempo las veces en que he viajado a Rubí, en especial al hospital de Terrasa, como modo de agradecerle en vida su apoyo incondicional en todo momento. En su última enfermedad se ha puesto en evidencia su grandeza de alma, su pensar en los demás más que en sí misma.
Gracias hermanas de la comunidad de Rubí por la caridad exquisita con que han atendido a Alicia. ¡Gracias Alicia por ser tan hermana, como la madre Janer!
-Hna. Irma Florencia Beretta-