Lucía Alonso Ugarte

«Nuestra hermana Lucia Alonso era una religiosa muy afable, humilde, cariñosa, agradecida y sencilla.

Se daba cuenta de todo, estaba pendiente de lo de la casa. Si no veía luz en la cocina, me decía: “La cocinera no ha venido todavía… Vigila”.

Los años que aún podía trabajar, colaboraba en las tareas de la casa, iba a comprar al súper, doblaba las sábanas, planchaba, fregaba, barría los patios, etc. Le gustaba ir bien vestida y peinada, siempre iba muy limpia. (Era un poco presumida…)

Cuando ya se le tuvo que hacer todo, no ponía resistencia, te miraba y te decía: “qué guapa eres, qué bien me cuidas, dame un beso...” Era de esas ancianas que da gusto cuidar.

Yo estuve poco tiempo con ella. Me costó llevarla a nuestra comunidad de Peñagrande, pero las circunstancias nos obligaron: se caía con frecuencia y no teníamos los medios necesarios para levantarla con facilidad (por ejemplo, una grúa). Lo sentí mucho, pues como he dicho, era una anciana muy, muy agradable.»

-Hna. Natividad Albillos-