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Esther Nora Martín Tous

Aldo Bonzi (Argentina)
17 de agosto de 2022
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Nació en Córdoba (Argentina) el 24 de diciembre de 1922. Muy joven ingresó al Instituto de Nuestra Señora del Huerto, en el cual llegó a ocupar importantes cargos tales como Formadora y Superiora Provincial.

Hacia 1970, sintiéndose llamada a vivir una experiencia de vida fraterna y apostólica conforme a los “aires nuevos” del postconcilio, junto con un grupo de hermanas de dicho Instituto, solicitaron se les concediera el permiso para concretarla sin dejar de pertenecer al mismo. Al serles negado tal permiso, se les obligó a pedir la dispensa de votos. Formaron dos o tres comunidades y continuaron viviendo su consagración con votos privados durante más de una década en distintas diócesis. En el transcurso de este tiempo varias hermanas no perseveraron. A mediados de la década de los años 80, Josefina y otras hermanas residían en Tostado (Prov. de Santa Fe, Argentina), jurisdicción de la diócesis de Rafaela a la cual pertenece nuestro colegio de Ceres. El por entonces obispo de Rafaela, que había sido trasladado a otra sede, le manifestó que, considerado el tiempo transcurrido desde el inicio de la experiencia y que sólo quedaban pocas hermanas ya que muchas habían salido y no habían surgido nuevas vocaciones, debían tramitar el reingreso al Instituto del Huerto o bien buscar otra Congregación que las admitiera, puesto que ninguna quería dejar su consagración religiosa.

Al serles negada la readmisión, Josefina acudió al consejo de varios prelados con quienes mantenía una relación que databa de largos años entre ellos el arzobispo de Córdoba, Mons. Primatesta, que le sugirió comunicarse con la Superiora provincial de nuestro Instituto, ante quien él mismo intercedió para que fueran admitidas las dos hermanas que lo solicitaban. Es así que ambas, luego de un año de prueba, profesaron en 1986.

Sólo un año formó parte de la comunidad de Progreso (Uruguay) y hasta su fallecimiento en la de Aldo Bonzi (Prov. de Buenos Aires). Apasionada por la evangelización y la catequesis familiar a ella se dedicó a lo largo de dos décadas, sin ahorrar tiempo ni energía en prepararla y transmitirla; siempre atenta y sensible a las necesidades de los demás. Organizó la visita domiciliaria de la Sagrada Familia y, durante años, fue la constante y fiel animadora de este medio para transmitir los valores evangélicos a las familias del colegio.

Tenía a su cargo la sacristía de las capillas del colegio y de la comunidad y se destacaba por la pulcritud y delicadeza en el trato y uso de las cosas sagradas. Los atardeceres la encontraban rezando en la capilla.

Mantuvo una fraterna amistad con Mons. Jorge Mario Bergoglio, desde antes de ser arzobispo de Buenos Aires y aún después de ser elegido Papa Francisco. Y a él se dirigía familiarmente como Jorge.  Recordamos algunas delicadezas mutuas de esta relación: En sus frecuentes visitas, Josefina solía llevarle mermelada de limón hecha por ella y él habitualmente le enviaba por correo, varios días antes, sus homilías de las fiestas más importantes; incluso la llamó por teléfono dos días después de su elección como Obispo de Roma.

Con motivo de cumplir Josefina sus 90 años, Mons. Bergoglio celebró la Eucaristía en la parroquia de Aldo Bonzi y de su homilía quedaron muy grabadas en el recuerdo y el corazón de algunas hermanas estas palabras: “Si quieren saber cómo es Jesús, pregúntele a Josefina, ella les dirá, fruto de la oración, quién es y cómo es Jesús.”

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